sábado, 17 de diciembre de 2011

King Kong (2005)

El Renacer De Una Leyenda De La Mano Del Genio

Durante la Gran Depresión, Ann Darrow (Naomi Watts), una actriz de vodevil, se queda sin trabajo. Su suerte parece cambiar cuando conoce a Carl Denham (Jack Black), un empresario que lucha para abrirse camino en el mundo del espectáculo. A ellos se une Jack Driscoll (Adrien Brody), un autor de teatro. Los tres emprenden un viaje a una remota isla, donde Denham tiene previsto dirigir una película. En una frondosa selva, descubren a King Kong, un gorila gigantesco, y a una tribu de seres prehistóricos que han vivido ocultos durante millones de años. Movido por su insaciable ambición, Denham, planea la captura del gorila con el propósito de exhibirlo en Nueva York.


De todas las versiones que se han echo del gigantesco simio, esta es, gracias a los efectos especiales sobre todo, de los que carecían en 1933, la mejor película de todas. Cada uno de los planos con los que cuenta la cinta es una maravilla, los escenarios son como poco magníficos y la música es perfecta. Pocas veces las expresiones faciales han podido decir tanto como las que Andy Serkis deja entrever en esta película, disfrazado digitalmente del monstruoso King Kong.

Peter Jackson, famoso por sus películas sobre la triología de Tolkien, vuelve a dejar su huella en muchas de las escenas con las que cuenta la película, los planos aéreos y las excepcionales imágenes de acción son sólo algunos ejemplos de las pinceladas que deja el director a lo largo de las casi tres horas de largometraje.
Y puede que sí, quizás sean demasiados esos 237 minutos que dura la película en la versión original, muchas escenas quizás son demasiado "largas", pero por una parte se compensa ya que el espectador se queda con la boca abierta durante todo el transcurso de la cinta. Algo agotadora al final, en las escenas en las que King Kong está sobre el Empire State, que son demasiado pesadas para la mayoría de los fans, suerte que los mágnificos decorados de la ciudad de Nueva York compensan esa paciencia por ver el famoso final.

Es imposible hacer un balance completo de todos los actores ya que, son tantos y tan variados que tardaríamos una eternidad. Por lo tanto lo único que podemos hacer es destacar a unos por encima de otros. Los mejores, Jack Black y Andy Serkis, que trabaja por partida doble ya que también le podemos reconocer en el papel del cocinero Lumpy. Naomi Watts también destaca, aunque en algunas escenas sobreactua demasiado, eso sí, hemos de apuntar a sus primeros planos, que podríamos considerar como un deleite para los amantes de "lo que no se dice con palabras". En claras alusiones al cine mudo, las expresiones faciales, no sólo de Watts, sino de todo el reparto, están realmente logradas, así como las escenas de dolor de Jamie Bell, o las de incredulidad de Adrien Brody, son un regalo para la vista.

En cuanto a los efectos especiales, ¿que más podemos decir que no hayamos dicho ya?, poco en realidad, destacar por encima de todo el último tramo de la película, tanto la lucha por las calles de Nueva York, como la ciudad desde el aire, un verdadero espectáculo visual.
Y todo ello acompañado de una banda sonora más que memorable, con esos acordes potentes en las escenas más duras de la cinta, que no dejan de sorprender por muchas veces que las hallas visto.

La nota por lo tanto, de 8/10, sólo menguada tal vez, por la duración de la película, que en algunos casos, molestará a los más puristas, para el resto, sólo decirles que disfruten de uno de los mejores trabajos de Peter Jackson y uno de los mayores espectáculos jamás filmados. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario